Super Robiol II: misión fracasada.

Super Robiol no pudo, ni aún con sus conocimientos de ingeniería mecánica, evitar la avería que arruinó los frenos del taxi en el que viajábamos.
Así, que esperó sentado, tal como muestra la foto:



Por suerte, un clavo despuntado, una madeja de hilo y mucha maña lograron “clausurar” el orificio por donde escapaba el líquido de frenos.
¡Y pudimos continuar nuestro camino a Sta. Cruz..!

Rajol.

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